lunes, 2 de enero de 2012

Steve Jobs

Su intervención en la Universidad de Stanford el 12 de junio de 2005, cuando ya sabía que sufría cáncer de páncreas, podría convertirse en un manual filosófico de los valores en la posmodernidad. «Tu tiempo es limitado, no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto. No quedes atrapado en el dogma, que es vivir como otros piensan que deberías. No dejes que los ruidos de las opiniones de los demás acallen tu voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje para hacer lo que te dicen tu corazón y tu intuición».

«Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer? Si la respuesta fuese 'no' durante demasiados días seguidos, sabría que necesitaba cambiar algo».

«Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones en la vida. Porque casi todo, las expectativas externas, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso, todo eso desaparece a las puertas de la muerte, dejando sólo lo verdaderamente importante. Recordar que vas a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder».

«A veces la vida te va a golpear en la cabeza con un ladrillo. No pierdas la fe».

Antes ya había dejado claro que el dinero no era parte de su felicidad. Lo dijo en una entrevista en 'The Wall Street Journal' en 1993: «Ser el más rico del cementerio no es lo que más me importa. Acostarme por la noche y pensar que he hecho algo genial... Eso es lo que me importa». Incluso demostró que su pensamiento estaba por encima de programas y pantallas: «Cambiaría toda mi tecnología por una tarde con Sócrates», aseguró a 'Newsweek' en 2001.

Bajo el lema, 'Piensa diferente', centró el modo de actuar de su empresa, Apple, pero también del mercado tecnológico. Ya en 1996, Jobs fue capaz de predecir en una entrevista en 'Wired' que aunque no hubiera nada que revolucionara el mundo tecnológico, lo que existía estaba a punto de desaparecer: «El mercado para los ordenadores personales está muerto. La innovación ha cesado, Microsoft domina con muy poca innovación. Se acabó y Apple ha perdido. Ese mercado ha entrado en la edad oscura y va a estar ahí durante los próximos diez años».

En 1998, en una reunión con los accionistas de su empresa, Jobs advirtió de que «cuesta demasiado diseñar productos a partir de grupos cerrados. La mayoría de las veces la gente no sabe lo que quiere hasta que se lo enseñas». Pero «la innovación es lo que distingue a un líder de los demás» y él lo sabía. «No puedo ir a preguntarle a los consumidores qué es lo que desean porque durante el tiempo que esté desarrollándolo, van a desear algo nuevo». Así que optó por darles lo que él pensaba que querían.

Más de 10 años antes, en 1985, el cerebro de Apple adelantaba la que iba a ser su forma de innovar: «Creemos que el Mac va a vender millones y millones. Lo hemos construido para nosotros mismos. Éramos el grupo de personas que iba a juzgar si era genial o no. No queríamos sacarlo y hacer investigación de mercado, queríamos construir el mejor posible».

Jobs era consciente de que el diseño lo era todo: «La gente piensa que no es importante, que es una simple decoración de interiores. Para mí, nada es más importante en el futuro que el diseño, es el alma de todo lo creado por el hombre». Y dijo más: «Cuando eres un carpintero haciendo un mueble hermoso, no vas a usar un pedazo de mala madera para la parte trasera, pese a que esté pegada a la pared y nadie la vea. Tú sabes que está ahí. Para dormir bien por la noche, la estética, la calidad, tienen que ser llevadas hasta el final».

Sus argumentos le sirvieron incluso para convencer a otro gran empresario, como el presidente de Pepsi-Cola, de que colaborase con Apple: «Es mejor ser pirata que alistarse en la marina estadounidense», le advirtió antes de retarlo: «¿Quieres vender agua azucarada el resto de tu vida o quieres hacer historia?». Y es que el magnate tecnológico era de los que creía que «hay que decir 'no' a mil cosas para estar seguro de que no te estás equivocando o intentas abarcar demasiado» pero «si tú lo deseas, puedes volar, sólo tienes que confiar mucho en ti»

Lo que ha conseguido, como él mismo advertía, es hacer «una muesca en el universo» o «un poco de historia». «Aunque no siempre hemos sido los primeros, seremos los mejores porque la innovación es lo que distingue a un líder de los demás». Una ambición que pudo nacer «gracias a un chico de 20 que hace algunos años tuvo un accidente de coche y falleció, pero fue generoso. Espero que todos seáis igual de generosos».