Tras el colapso del frágil puente de hielo que la mantenía unida a tierra firme , el frente de la placa helada Wilkins, en la Península Antártica, está empezando a desintegrarse desgajándose en icebergs. Los científicos lo han observado con satélites. El puente de hielo era una barrera que contenía esa zona de placa Wilkins y tras su colapso, las grietas que ya se habían formado en el hielo se han agrandado, al tiempo que se han formado otras nuevas, según informa la Agencia Europea del Espacio (ESA), cuyo satélite Envisat, dotado de un radar avanzado, está resultando crucial en la observación de estos hielos antárticos.
Hace pocos días, se han observado los primeros icebergs que se han desgajado de la Wilkins. Una primera estimación realizada por los científicos indica que se han perdido ya unos 700 kilómetros cuadrados de la placa. "El retroceso de la Wilkins es el más reciente y mayor de los procesos de este tipo registrados. Ocho placas heladas de la Península Antártica han dado muestras de retroceso en las últimas décadas", explica David Vaughhan, del Servicio Antártico Británico. "Apenas hay dudas acerca de que estos cambios son el resultado del calentamiento de la atmósfera en la región, que es el más rápido del Hemisferio Sur".
La placa Wilkins y el puente que la unía a la isla Charcot venían siendo vigilados desde hace años por la comunidad científica. "Los cambios en esta placa suponen un fabuloso laboratorio natural que nos permitirá comprender cómo las placas heladas responden al cambio climático y qué deparará el futuro al resto de la Antártida", continúa Vaughhan.
Pese a la fractura del puente y los icebergs ya liberados en el frente de la placa, Angélica Humbert de la Münster University (Alemania), considera que no está claro cómo evolucionará la situación allí a partir de ahora. "No estamos seguros de si se formará un nuevo frente estable de hielo con las islas Latady y Dorsey", advierte esta experta.